martes, 9 de febrero de 2010

Celibato explicado a los hijos


Preguntas más frecuentes de algunos jóvenes a sus padres, motivadas por lo que escuchan en la escuela, en la calle y en los medios de comunicación.


•¿Qué es y que significa el voto del celibato de los sacerdotes?
•¿El voto del celibato es para siempre?
•¿Por qué no pueden casarse los sacerdotes?
•¿Que es la secularización* religiosa?*

Celibato

El celibato o voto de castidad, es una promesa solemne, voluntaria y perpetua de libre elección personal, que hacen los sacerdotes de la Iglesia Católica, los de la Iglesia Ortodoxa, los monjes Budistas, los monjes Hinduistas y de otras religiones, así como los monjes y monjas pertenecientes a algunas órdenes religiosas, por la que se comprometen ante Dios y ante la sociedad, a no contraer matrimonio, ni a tener una pareja sexual.

El voto de castidad es, el correcto uso de la sexualidad en todas sus formas. En los sacerdotes se llama celibato (ausencia de relaciones sexuales), en los casados se llama fidelidad (ser fiel a su pareja), en los solteros se llama abstinencia (ausencia de relaciones sexuales hasta el matrimonio) y en todas las personas se llama castidad.

La Iglesia Católica estableció el celibato, de manera definitiva y obligatoria, como se conoce en la actualidad, en el siglo XVI, en el Concilio de Trento (1545 – 1563), con el fin de presentar en la figura del sacerdote, a un hombre totalmente dedicado a sus feligreses y sin ninguna atadura familiar. En aquella época, la Reforma Protestante permitió y promovió, el matrimonio de los sacerdotes, suprimiendo las órdenes religiosas ya existentes y sus votos.

El celibato permite que los sacerdotes o religiosos, se consagren totalmente servicio de Dios y de las personas, además de dedicarse a administrar los sacramentos. Están disponibles las 24 horas del día, siete días a la semana, para entregarse de todo corazón a sus feligreses, sin tener que preocuparse de dividir su corazón y su mente, con su familia y con sus feligreses. También permite al sacerdote, una mayor eficacia y una mejor actitud psicológica y afectiva, para el ejercicio continuo de la caridad perfecta, lo que le habilita mucho mejor para darse todo él, para utilidad de los demás. También le garantiza una mayor libertad y disponibilidad, en sus actividades pastorales y en su activa y amorosa presencia, en medio del mundo al que Cristo le ha enviado.

En la antigüedad el celibato era impuesto a los esclavos y a los soldados, para impedirles contraer matrimonio, y así que no tuvieran ni compromisos, ni preocupaciones, para hacer su trabajo o combatir en las guerras.

Hay un mito muy difundido por los medios de comunicación en algunas sociedades, principalmente donde la Iglesia Católica ha cuestionado el comportamiento de los gobiernos y de determinados segmentos de la sociedad, de que el celibato en los sacerdotes, les hace proclives a los abusos sexuales y a la pedofilia. Solamente un muy pequeño porcentaje de sacerdotes católicos 0.2%, ha caído en ese gravísimo pecado. El clero católico o cualquier otro clero célibe, son menos propensos a involucrarse en conductas inapropiadas o abusos, que el clero de cualquier otra denominación y muchísimo menos, que los laicos comprometidos con el compromiso matrimonial. Sin embargo, determinados medios de comunicación, ven el asunto como una crisis del celibato, aseveración que sencillamente no tiene fundamentos.

El celibato religioso es un tema, que está lleno de controversia, principalmente espoleada por los que están más alejados de la Iglesia Católica, los que menos han estudiado o leído el Catecismo y los que lo practican, muy pocas veces. Es casi a los únicos, que les interesa confrontar el celibato, a sabiendas que la inmensa mayoría de los religiosos que tiene votos, saben vivir perfectamente con lo que voluntariamente escogieron. De algunos haz lo que dicen y no lo que hacen, de otros haz lo que hacen y no lo que dicen.

Estos activistas contra la Iglesia Católica, suelen ser los que más cosas tienen que ocultar de su comportamiento irregular, para tapar el remordimiento de sus conciencias. Son los mismos que cacarean, para que haya mujeres sacerdotes, para que haya divorcios en los matrimonios católicos, para que se favorezca el crimen del aborto, los anticonceptivos, las uniones entre homosexuales y para que el Papa no sea infalible. ¿Se imaginan la ridiculez de que alguien, que solamente jugó al fútbol de niño en el patio de su escuela, le dijera hoy al mejor futbolista del mundo, lo que tiene que hacer en ese deporte? Son curiosidades de la vida.

Antes de voluntariamente, tomar la auténticamente personal decisión de realizar el voto perpetuo del celibato, los futuros sacerdotes siguen un largo y profundo proceso de formación, meditado a la luz de la Palabra de Dios y con la inspiración del Espíritu Santo, sobre todas sus exigencias y renuncias, considerando su propia vida y las posibilidades de responder a ella, que cada uno tiene. El sacerdote tiene a su disposición, todos los medios humanos y Divinos, para poder conservarse fiel en el celibato. Esta formación no se reduce solamente al aspecto sexual, sino también a profundizar en los aspectos positivos, para su vida interior y exterior del celibato.

Los futuros sacerdotes, tienen pleno conocimiento de su autodecisión y están completamente maduros física y psicológicamente, para saber lo que van a hacer, sus ventajas e inconvenientes, respecto a las dificultades y a la duración del compromiso que toman sobre sí. Desde que comienzan sus estudios en los seminarios, les van preparando durante muchos años, para que conozcan a ciencia cierta, las responsabilidades que van a asumir.

El voto del celibato es completamente voluntario, para los que lo quieren asumir. Si no lo quieren asumir, no tienen porque pedir que les consagren con el Sacramento del Orden, pueden llegar hasta ser Diáconos, para los cuales, no es obligatorio tomar votos de celibato.

El mantenimiento del voto del celibato, no produce en los sacerdotes soledad, amargura ni desaliento, que le empuje a actos prohibidos, infidelidades o desordenes, ni que le impida dar un completo testimonio de vida cristiana y total participación en la vida social. No es una renuncia al amor, sino la elevación a un amor superior, sobrenatural. Nunca se sienten solos, si descubren este amor hacia Dios y hacia los hombres. El celibato es un vehículo para la generosidad, al donar su propia vida, al amor de los demás.

Son cientos de miles de obispos, sacerdotes y religiosos que viven de modo intachable el celibato voluntario y consagrado, además de millones de jóvenes de ambos sexos, que también lo viven hasta que contraen matrimonio, todos fieles a su compromiso de perfecta castidad, adquirido voluntariamente, no por desprecio del don divino de la vida, sino por un amor superior a la vida, vivida con valiente austeridad, con gozosa espiritualidad, con ejemplar integridad y con relativa facilidad.

Los que normalmente protestan por la existencia del voluntario voto del celibato, casi siempre son, lo que llevan una vida muy alejada de la Iglesia, a la que continuamente quieren enseñarle, lo que en su opinión, debería cambiar. No quieren ni oír hablar del procedimiento, también voluntario de secularización* de los sacerdotes y religiosos, a los cuales la Iglesia les dispensa, si lo solicitan, de los votos solemnes que en su día prometieron, pero pueden seguir siendo “sacerdotes in Eternun“. Aunque se casen posteriormente, siempre serán sacerdotes, estén en activo o secularizados* pues tienen el Sacramente del Orden, como una marca indeleble hasta la muerte.

Ese mismo grupo de gente, es la que insistentemente aboga con miles de nuevas ideas, de lo que la Iglesia Católica tendría que hacer, para ver si así, terminan con sus dos mil años de existencia ininterrumpida. Estos suelen ser personas, a las que el éxito de la Iglesia Católica les molesta y corroe la conciencia, quieren oír algo en su contra que auto justifique sus actuaciones personales o que les adormezca su conciencia.

Esas opiniones personales están bien orquestadas, por los enemigos de la Iglesia Católica y son producto de una gran ignorancia de las personas, sobre estas y otras cuestiones relacionadas, como por ejemplo: Las nulidades matrimoniales (principalmente de los católicos casados, divorciados civilmente y vueltos a casar por lo civil), los abortos, las bodas entre homosexuales, el sacerdocio de las mujeres, los abusos infantiles de los religiosos pederastas, los dineros de la Iglesia y un largo etcétera. Nunca hablan de la gran publicidad dada a los problemas de la Iglesia Católica y la curiosa circunstancia de que son ocultados, los de otras instituciones o colectivos (Iglesias Protestantes, Ejercito, maestros, médicos, Boy Scouts, etc).

Si algún sacerdote o religioso, falla en sus votos del celibato, debemos tener mucha piedad y compasión con el pecador y odiar fuertemente al pecado, pues “el que no tenga pecado que tire la primera piedra”.

1.No me imagino a la Iglesia Católica como un Bufete Chino de normas sagradas, donde cada uno elige lo que quiere para comer. El catolicismo es un menú completo y el que quiere entra, y el que no quiere no entra o se sale. Hay muchas religiones que tienen miles de sectas, donde cada uno elije la secta que mejor se ajuste a lo que a él le gusta o quiere cumplir. Si ve que no le gusta la opción que ha tomado en una determinada Iglesia, se cambia a otra y a otra, hasta que encuentra la que quiere, o se forma una secta propia, incluso puede llegar a presidirla a su gusto.

2.No me imagino a la Iglesia Católica, con sacerdotes casados y después divorciados, como ocurre en muchas otras. Como va a hablar de la indisolubilidad del matrimonio, un sacerdote casado y divorciado, aunque su religión se lo permitiera hacer.

3.No me imagino a la Iglesia Católica, con sacerdotes casados donde existe el Sacramento de la Confesión, que conlleva un secreto total. Sería una contradicción, confesarse con un sacerdote que posteriormente, fuera con su esposa un mismo cuerpo y un mismo todo. El secreto de la Confesión peligraría.

4.No me imagino a la Iglesia Católica, predicando la prohibición del crimen del aborto y a un sacerdote católico casado, que en vez de tener hijos, los aborte.

5.No me imagino a la Iglesia Católica, sin haber previsto la Secularización aplicable a los sacerdotes que no puedan, no quieran o no sepan, mantener el voto de celibato que voluntariamente realizaron en su ordenación.

6.No me imagino a un sacerdote católico casado, dispuesto a dar servicio a sus feligreses las 24 horas del día, siete días a la semana, si tiene que estar pendiente de las obligaciones matrimoniales, con la esposa y con los hijos.

7.No me imagino a un sacerdote católico, que antes de aceptar el voto voluntario y perpetuo del celibato, no les hayan explicado perfectamente el por qué, cuándo, cómo y quien lo instituyó. Las leyes religiosas de la Iglesia Católica no tienen fechas mínimas ni máximas para que sean obligatorias o que lo sean en función de su antigüedad. Lógicamente la Iglesia Católica que tiene 2,000 años de existencia, tiene leyes mucho más antiguas que iglesias y sectas constituidas y por unos señores y no directamente por Dios, que solamente llevan unos pocos años.

8.No me imagino a un sacerdote católico, que haya hecho el voto del celibato y vea que no tiene fuerzas para cumplirlo, no se acoja a los beneficios que les ofrece la secularización.

9.No me imagino a un sacerdote católico, al que se le permita ordenarse sin los votos del celibato, porque no tenga los estudios y el conocimiento, para poder aconsejar perfectamente a los matrimonios, sobre su forma de vida y educación de sus hijos, alegando que no tienen esa experiencia práctica. Tienen la gran experiencia, de convivir y aprender de los matrimonios y con todo tipo de personas, jóvenes, adultas y ancianas. Muchos médicos no han padecido ninguna de las enfermedades que saben curar perfectamente, pues las han estudiado a fondo.

Así podría seguir poniendo ejemplos, sobre lo voluntario u obligatorio del celibato, la secularización, el escándalo, que producen en algunos fieles y las campañas de publicidad, que presentan algunos medios de comunicación contra la Iglesia Católica, principalmente en países donde otras religiones son las gubernamentalmente oficiales.

La secularización


La secularización sacerdotal o dispensa de su voto solemne del celibato, no es lo mismo que colgar los hábitos por voluntad propia y sin permiso de la jerarquía de la Iglesia Católica. La secularización es una renuncia libre, decidida tras madura la reflexión y que se solicita a la Iglesia para la dispensa de los votos de castidad, que ha realizado voluntariamente el sacerdote católico. Conlleva el que después de obtenida, no se pueda realizar los Sacramentos, aunque siempre seguirá siendo sacerdote.

La soberbia suele ser el principal impedimento, para que los sacerdotes católicos pidan la secularización, cuando no quieren, no pueden o no saben, continuar manteniendo el voto de celibato, que hicieron voluntariamente en su día.

El proceso de secularización, no debe servir como escándalo en la Iglesia Católica, debe servir para reforzarla, no para ponerla en duda, ya que la Iglesia no tolera bajo ningún concepto, el comportamiento de la infidelidad al voto del celibato, al mantener relaciones sexuales o contraer matrimonio.

La fidelidad al voto del celibato para los sacerdotes católicos, es similar a la fidelidad prometida en el sacramente del matrimonio, ya que ésta, también es una forma de vida. Ni el matrimonio para los sacerdotes, ni el divorcio para los casados, es la solución para los votos realizados. Solamente, una gran disciplina mental y física junto a la oración, hará que las personas puedan cumplir lo prometido.

Los sacerdotes se ordenan y hacen los votos, para buscar la santidad propia, la felicidad y la santidad de los demás, consiguiéndolo a través de la celebración de los Sacramentos y de la predicación. El llamado de Dios es mucho más fuerte que las decisiones humanas, pero tienen que fortalecer la inteligencia y la voluntad, a través de cuidar mucho su formación y educación, para dominar sus sentimientos y apetencias.

Otras acepciones de la palabra y factores para la secularización:



A) Autorización que se concede a un miembro del clero, para que pueda dejar los sus compromisos eclesiásticos y así pueda vivir fuera de clausura o para abandonar la regla a que está sometido, ejemplo: Pidió la secularización para atender a sus ancianos padres.

B) Proceso por el cual algo o alguien, pierde su carácter religioso para pasar a ser laico, por ejemplo, la secularización de una iglesia para convertirla en museo.


Algunos de los factores que la Iglesia tiene en cuenta:


La Iglesia como Madre, siempre está llena de amor hacia todos los fieles, incluyendo a los sacerdotes que solicitan la secularización, siempre que vaya precedida de un total espíritu de humildad:


•El verdadero y sincero interés del solicitante, que cree que no puede mantener el voto de castidad, que en su día hizo.
•El caso de sacerdotes irrecuperables, si mantienen su alejamiento de la vida sacerdotal.
•La consideración de los que no debieron de haber recibido, la ordenación sacerdotal, porque les faltó la debida libertad o porque en su momento, carecieron de la necesaria información sobre los votos del celibato.
•El bien general de la Iglesia, que no puede permitirse, un deterioro progresivo de su imagen.
•Los que en su día deberían haber sido disuadidos de hacerse sacerdotes, debido a sus características personales.
•El interés de la Iglesia local, que debe procurar conservar sus efectivos.
•El interés del conjunto de los creyentes, los cuales necesitan y tienen derecho a la asistencia sacerdotal.


La Iglesia brinda siempre a los sacerdotes que solicitan la secularización, todas las herramientas posibles, para que se afiance el sacerdote que este vacilante en su vocación y para devolverle la tranquilidad de animo y atraerle hacia las virtudes, que tienen que ser el soporte de su vida sacerdotal. Para ello le facilita los servicios y consejos de sus compañeros, amigos, familiares, médicos, sicólogos, tutores, etc. Sin disminuir la significación del sacerdocio, la naturaleza de la ordenación o la gravedad de las obligaciones contraídas.


La Iglesia prohíbe al sacerdote secularizado, enseñar teología o materias afines, incluso en universidades o centros de enseñanza, que no dependan de la autoridad eclesiástica.

La Iglesia recomienda al sacerdote, que cumpla la penitencia de mantener alguna obligación de tipo religioso o caritativo.

La iglesia pide a los sacerdotes, un cierto paralelismo con las obligaciones de fidelidad que exige a los matrimonios, que quedan atados voluntariamente, con vínculos indisolubles hasta la muerte.


La secularización de la palabra.


Muchos católicos no se dan cuenta que hay una corriente pagana, perniciosa, muy extendida y perfectamente dirigida, para fomentar el analfabetismo del lenguaje simbólico de lo sagrado. Consiste en utilizar el poder de la palabra, para cambiar y desarraigar el significado de las cosas, intentando quitar, toda connotación cristiana del lenguaje religioso, escrito y hablado. Así sucede con las siguientes frases: Un vaso, no un Cáliz. Un centro religioso comunitario, no una Iglesia o Templo. No el nombre propio a cada fiesta religiosa, sino añadirle un nombre cívico o comercial. No vestimentas litúrgicas, ni hábitos religiosos, todo secularizado, dicen que es para no herir a los que no pisan la Iglesia Católica o son de otras denominaciones.

Lo sagrado también implica un lenguaje corporal, no verbal y de imagen en las personas. Es el lenguaje externo de las ropas en las celebraciones y en los lutos, de las posturas, de los gestos, de los saludos, etc.



El mal ejemplo y el escándalo


Cuando un sacerdote o religioso, no cumple pública o privadamente con sus obligaciones, voluntariamente aceptadas, está dando muy mal ejemplo ante la sociedad, lo que produce una ofensa y escándalo a los católicos y da un arma a los no católicos, para que ataquen a toda la Iglesia Católica por esa culpa. Es obligación de ellos el pedir perdón por el escándalo, que haya podido producir. El perdón debe ir acompañado de un gran arrepentimiento, del propósito de la enmienda y de la satisfacción del daño producido.

Los sacerdotes que no pueden, no quieren o no saben cumplir con sus obligaciones, es preferible que pidan la dispensa del celibato a través de la secularización, antes que llevar una doble vida, que produce un mal ejemplo y un gran escándalo. Mucho menos tapar sus infidelidades con la Iglesia, con artimañas o con el consentimiento de sus superiores. Los sacerdotes tienen la obligación de enfrentarse al problema, pues la misma Iglesia les ha puesto a su disposición, la posibilidad de la secularización y muchos otros medios, para permanecer fieles a sus compromisos.

A la Iglesia Católica algunos no la quieren destruir, si no conquistarla para posteriormente utilizarla, como refrendo moral de sus actuales actos, eso se llama sincretismo moderno, por eso resulta tan peligroso. Ahora algunos de los que persiguen a la Iglesia Católica, lo hacen desde dentro y apoyados en la tibieza de otros fieles, dispuestos a confraternizar con cualquier idea, que se la manden desde sus enemigos. Todo conduce al mismo objetivo: Conseguir presentar a todo católico como un dogmático, un intolerante, un antidemócrata, que debe ser neutralizado. Algunos católicos, son tan laicos y tan ajenos al sentir de la Iglesia, que no parecen católicos

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